Sergio Montoro
La Pastilla Roja
No sé si la marcha del co-fundador y CTO de Canonical Matt Zimmerman será sintomática del clima generalizado para el escritorio Linux, pero desde luego las noticias que se van sucediendo de un tiempo a esta parte no son como para pronosticar buenos augurios. Hay una pinza en múltiples frentes contra el escritorio Linux. RedHat, el buque insignia de las distros ya dejó claro en 2008 que no iban a entrar en el nicho del escritorio lo mismo que IBM a quien tampoco le ha interesado nunca como parte de sus líneas de negocio Open Source. En otoño de 2010 la Comunidad OpenOffice tuvo que sacar su propio fork debido al desdén absoluto de Oracle por OpenOffice. A Google le interesa promocionar Linux en el escritorio, pero no cualquier distro, como Ubuntu, sino sólo Android y ChromeOS. Y, desde luego, aunque los usuarios prefieran OpenOffice sobre Google Docs, a Google no le interesa para nada que Android venga con una suite ofimática de serie puesto que el modelo de negocio de Google será el de intentar mover a los usuarios hacia suscripciones de pago por uso SaaS.
A Google sólo le interesa el Software Libre como un medio y no como un fin en si mismo, lo cual conducirá, probablemente, a que con el paso del tiempo Android y ChromeOS se parezcan tanto a Linux como Mac OS X se parece a BSD, es decir, a efectos prácticos no se parecerán en nada. En móviles, el panorama a corto estará dominado por lo que salga de la alianza Nokia+Microsoft, que no será Meego sino Windows Phone, iOS, RIM y Bada. El cierre de Mono en Novell es un revés importante en la mejor plataforma de desarrollo de propósito general que hay para Linux. Si además en Ubuntu pierden foco, el cóctel explosivo está servido.