“Libre, como el pensamiento impredecible, siendo objetivos, si no tan
libre, lo menos manipulable posible”.
Dúo Buena Fe
El Grupo de Usuarios de Tecnologías Libres junto a los Joven Club de
Computación celebraron el Festival Latinoamericano de Instalación del
Software Libre, FLISoL, en todo el país.
Aquellos que ya no trabajan con software
propietario, y han cambiado sus entornos de trabajo para Linux están
cada vez menos solos. Así lo demuestra el Festival Latinoamericano de
Instalación del Software Libre, celebrado este sábado en todo el país.
No fueron suficientes las computadoras del salón ni las sillas del
teatro del capitalino Palacio Central de Computación para acoger a todos
los que asistieron al evento.
Es la mejor de las
oportunidades para que los usuarios de la comunidad de software libre se
vean cara a cara, opina Daniel Hernández, miembro del equipo de
desarrollo de la distribución de GNU/Linux Nova,
de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI). Aprovechando esta
oportunidad de afluencia de personas interesadas, se dieron a conocer
experiencias de uso de estas tecnologías.
Hasta aquí llegaron estudiantes del Instituto Politécnico de
Informática Cepero Bonilla para compartir los resultados de la
migración total de esa escuela al software libre. El líder de lo que se
dio a conocer como Proyecto Cepero es el profesor y máster en Nuevas
Tecnologías para la Educación, Alain Turiño Mena.
El joven docente explicó
cómo se trazó una estrategia metodológica para el desarrollo de las
asignaturas técnicas empleando software libre. Incluso, el proceso
didáctico se orienta para que los estudiantes dominen una filosofía de
trabajo. Es decir, en vez de aprender a trabajar con Microsoft Word, o
el equivalente de este en el paquete de código abierto Open
Office, los estudiantes se familiarizan con la metodología de
trabajo de un procesador de texto.
“No enseñamos a maquetar páginas web en Dreamweaver,
sino a usar HTML, CSS,
y lenguajes de programación abiertos como PHP”.
Esto significa que los pupilos serán capaces de trabajar con cualquier
programa similar a Dreamweaver, porque conocen el procedimiento de
trabajo, y la enseñanza no está dirigida a la interacción con un solo
programa en específico. “Este enfoque implica que la herramienta es un
medio”, argumentó Turiño.
El estudiante de Informática del Cepero Bonilla, Ariel Lima, relató
cómo aprenden las mismas cosas que los graduados de años anteriores
pero con programas de código abierto. “En vez de usar Photoshop usamos
el equivalente para Linux, GIMP”.
El éxito ya es visible. No solo porque los estudiantes dominan las
aplicaciones informáticas de código abierto, sino porque lograron que
un número considerable de proyectos productivos se desarrollen con
software libre. Usan estas competencias también para ayudar a otros
centros educacionales que dan los primeros pasos en el proceso de
migración.
Un proyecto como este
requiere no solo del trabajo de una persona, sino del apoyo de otros
profesores. Sobre la reacción de otros docentes, el profesor Turiño Mena
nos comentó que al principio había resistencia, pero el propio
director del centro le pidió que le instalara una distribución de Linux
en su computadora, y a partir de ahí continuó el proceso.
No obstante, la experiencia demuestra cómo
la migración es posible en las escuelas. “Se dice que hay que empezar
por las empresas, pero creemos que los centros educacionales deben ir
adelante, porque los técnicos nuestros que se graduarán próximamente
serán quienes lideren los procesos de migración al software libre”.
Otro de los participantes en FLISoL que
otorgó especial énfasis a la infoalfabetización fue el profesor Arnaldo
Coro Antich. En su conferencia “Los caminos del desarrollo convergen
hacia el software libre”, explicó que uno de los principales obstáculos
para la migración es que las personas no están preparadas para
interactuar con esta alternativa informática.
El también periodista
recordó que los sistemas que estamos utilizando actualmente no tienen
licencia, debido a que Cuba no accede a estas por el bloqueo norteamericano
contra la isla.
La vía utilizada para
instalar Windows, o cualquier otra aplicación de código cerrado, es
usar un crack, código numérico que permite la instalación. El
conferencista refirió que “algunos programadores dicen que ese crack
envía información a la Microsoft Corporation”, lo cual significa que
eventualmente la megaempresa podrá rastrear e invalidar los sistemas
usados ilegalmente.
Coro Antich ve como solución a este
problema el software libre, ya que su filosofía permite copiar y
distribuir.
“Yo considero urgente la
migración, y esto está relacionado con aprovechamiento y eficiencia. A
veces, máquinas con Windows 7 no levantan y con una aplicación libre
funcionarían perfectamente”, comenta el profesor, refiriéndose al hecho
de que la última versión del sistema operativo propietario exige
grandes prestaciones de hardware de la máquina, mientras que una
computadora con poca capacidad podría funcionar mucho mejor si se le
instalase una distribución ligera de Linux.
Sobre la eficiencia
económica que representan las aplicaciones de código abierto en un
momento en el que nuestro país pasa por un proceso de actualización del
modelo económico, Coro Antich explicó que “la migración implica desde
el punto de vista del desarrollo la posibilidad de seguir creando
nuevas aplicaciones que tengan que ver directamente con la solución de
problemas nuestros. Hasta ahora la gran mayoría de las cuestiones
informáticas las hemos resuelto importando soluciones, sean de
aplicaciones de código cerrado, o abierto. Pero una de las tareas
principales que tiene el Ministerio de Informática y Comunicaciones es
asegurarse de que todo lo desarrollado en el país sea lo más aproximado a
un traje a la medida de lo que necesitamos nosotros”.
Un paso para asfaltar ese camino hacia la
soberanía tecnológica lo están dando el Grupo de Usuarios de Software
Libre (GUTL) y
los Joven Club de Computación al organizar una vez más y por sexto año
consecutivo FLISol. El propósito es siempre el mismo: sumar a más
personas para conocer y compartir software libre
Por: Cristina Escobar
Fotos: Ana Leyva Dehesa
12 Abril, 2011
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