Empleo por otros de lo creado: placer innegable.

Hace tres días comenté en Cubadebate el gozo que debió haber experimentado el habanero Osorio cuando hizo girar nuevamente el mundo; o sea, el artefacto que corona el Gran Templo Masónico de La Habana y recordaba los versos de Camilo Flanmarión -poeta simbolista y espiritista francés-, cuando escribió: «Esa sensación extraña y vivificante que mi […] Seguir leyendo...