Un profesor norteamericano cruza el Estrecho de la Florida, el ancho del Bloqueo y el abismo de la Brecha Tecnológica para dialogar con los cubanos sobre su experiencia en el campo del software libre
Por Bárbara Maseda.
2 Junio, 2014
Anthony Wasserman está convencido de que el Software Libre y de Código Abierto (SLCA) jugará un papel importante en el futuro de la computación. En los últimos años, este profesor de la Universidad Carnegie Mellon, en la Meca de la informática mundial (Silicon Valley), ha sido testigo del avance acompasado de este tipo de programa.
“El mismo día de la toma de posesión de Obama”, explicó ante un grupo grande de profesores y alumnos de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) en una conferencia magistral que impartió en Cuba a finales del mes de abril, “una de las primeras acciones llevadas a cabo por su equipo fue retirar el sitio web del gobierno, que bajo George W. Bush había funcionado con un software propietario, y subir uno programado en Drupal. Ahí hay un mensaje interesante”.
Sus comentarios en La Habana, una de tantas ciudades a las que viaja cada año predicando la “buena nueva” del ascenso del SLCA, hablan de un momento de transición en el uso más expandido de los programas propietarios —a cuyo código no puede acceder el usuario por disposición de las compañías que los producen— hacia programas definidos por la libertar de leer, usar, modificar y redistribuir su código.
Las razones para esto, según su visión de libre-softweriano experimentado, tienen que ver, en parte, con los inconvenientes de los productos privados (código cerrado e inaccesible, altos costos, modelos empresariales de administración verticalista), y las nuevas virtudes de los libres (programas de mejor calidad, mejores servicios de asistencia técnica, un nuevo modelo de negocios rentable, y la corrección de sus errores gracias a la multiplicidad de contribuciones de la comunidad).
¿Qué ha cambiado? Que por primera vez en la competencia, el SLCA está igualando e incluso superando en algunos casos a su contraparte privada.
Juventud Técnica tuvo la oportunidad de entrevistar al Dr. Wasserman durante su breve visita a La Habana y mirar a algunas cuestiones actuales a través de su prisma de profesor, emprendedor, investigador y veterano en el campo del software libre y de código abierto.
JT: ¿Qué aparatos electrónicos metió a la maleta para venir a Cuba?
AW: Traje dos cámaras fotográficas (una DSLR y una automática); mi teléfono celular, porque estaba usándolo en el momento de partir de Estados Unidos y voy a necesitarlo nuevamente al regresar; mi laptop Mac, y un iPad.
JT: ¿Ha tratado de navegar con alguno de ellos?
AW: No he intentado conectar el iPad. Lo uso como un lector electrónico; tengo algunos libros ahí. En el hotel lo logré con mi Mac, pero la conexión solo está disponible dentro de un horario limitado. Aquí [en la UCI] pude con cierta dificultad porque hay un servidor proxy y el ancho de banda es bajo. Algunos de los sitios web que uso normalmente están programados y diseñados para banda ancha, así que conseguir que funcionen en cualquier lugar donde la conexión sea lenta es difícil. Son sitios que se conectan a otros sitios para alimentar un sistema RSS o para recolectar información de publicidad, de modo que, cuando estás en una página, en realidad estás conectado a otros 15 o 20 sitios. Ni siquiera en EE.UU. funcionan tan rápido. Pero bueno, aquí en Cuba he podido revisar mi e-mail, enviar correos, ver los resultados de algunos deportes… o sea, [dice sonriendo en tono de broma] todo lo imprescindible de la vida moderna.
JT: ¿Cómo es la gente en Silicon Valley?
AW: Yo trabajo en Silicon Valley, pero en realidad vivo en San Francisco, que queda cerca. San Francisco ha cambiado. Ahora viven ahí varios miles de nuevos emprendedores, además de la gente que trabaja en el famoso valle, en compañías como Google, Facebook, Yahoo. Muchos de ellos prefieren San Francisco porque es un lugar más interesante, con una vida cultural atractiva, mejores restaurantes… Es como vivir en el centro de La Habana, en lugar de en las afueras, en la UCI. Es tan común que incluso hay autobuses que llevan a los trabajadores en la mañana y los devuelven a San Francisco en la tarde.
El Área de la Bahía de San Francisco, donde está situado Silicon Valley, es diferente del resto del país, en varios sentidos. Junto a Nueva York, es en la actualidad el lugar más caro para vivir en EE.UU. Antes, la economía local se sustentaba en el turismo y servicios médicos, pero ahora está dominada por la tecnología. Es un fenómeno bastante reciente, de hace apenas 30 años. El ingreso medio es mucho más alto que el del resto de la población norteamericana; aunque, como en otros lugares, se aprecian diferencias. Por otra parte, muchos de los jóvenes han crecido en familias ricas y sus expectativas son altas en términos materiales: smartphones, autos, ropa, escuelas privadas, vacaciones en el extranjero… Indudablemente quienes residen ahí viven mucho mejor que el resto de California y EE.UU. De hecho, no hay que alejarse mucho de San Francisco para encontrar áreas agrícolas que son muy, muy diferentes.
JT: En su conferencia comentó que antes de venir a Cuba y poner pie en una sala de navegación de ETECSA tenía la idea (errada) de que todo el software que encontraría aquí sería libre. ¿Por qué esa presuposición?
AW: Primero, el hecho de que Cuba no tiene muchos recursos para gastar en software, y segundo porque pensé que no iban a querer darle dinero a Microsoft o a ninguna otra compañía norteamericana; por el embargo.
AW: Yo no pongo al software de código abierto en un espectro político. Mis presuposiciones sobre Cuba estaban basadas en hechos económicos.
AW: Bueno, yo no escribí eso [ríe]. Cuando se fundó la OSI en 1998, una de las metas fundamentales era conseguir que el software libre se tornara más atractivo para las empresas. En eso desempeñaron un papel importante las licencias y toda la imagen que comenzó a proyectarse. Cuando me incorporé en 2010, la OSI era una organización verticalista; había una junta directiva y más nada. Uno de los cambios que hemos introducido en los últimos cuatro años es hacernos de organizaciones afiliadas, que compartan las metas del software libre. También abrimos la posibilidad de membresías individuales. Ahora tenemos una junta directiva que reúne miembros designados y elegidos. En los próximos dos o tres años, estará compuesta únicamente por miembros electos. O sea, que la OSI está transformándose en una organización de base y creo que eso es muy importante para el SLCA.
JT: ¿Cómo el SLCA ha conseguido entrar a la competencia comercial? ¿Cómo se hace dinero con algo gratis?
AW: En muchos proyectos de código abierto se espera que muy poca gente pague por el programa. El modelo de negocios de SugarCRM es un ejemplo muy bueno. Ellos tienen tres versiones del mismo programa; casi la misma, sin llegar a ser idénticas. Una es una versión comunitaria, completamente de código abierto, que se puede descargar gratis, usar, mantener para siempre. La segunda es una versión remota, en la cual uno usa el programa desde sus servidores; no tienes acceso al código, pero no te hace falta. La tercera es una versión comercial (propietaria) en la que se ha modificado parte del código, la interfaz de usuario es diferente y también interactúa de manera diferente con otros programas comerciales. SugarCRM ofrece la versión comunitaria de manera gratuita, pero una parte pequeña de los usuarios paga por usar la versión remota o la comercial. Así pues, este modelo de negocios se sustenta en la venta de asistencia técnica para todas las versiones, más las regalías de las comerciales.
Hay otras compañías, como JasperSoft, que no tienen diferentes versiones, ofrecen exactamente el mismo programa, pero bajo dos licencias diferentes. Una es la comunitaria,LGPL, que autoriza el uso gratuito y libre del software. Pero si uno utiliza el programa y lo incorpora a un producto que va a vender, entonces tiene que adquirir la licencia comercial.
JT: ¿Qué programas libres sugeriría instalar en la computadora de un usuario promedio? ¿Cuál sería un paquete básico ideal?
AW: Si pensamos en el panorama que nos espera en solo par de años, no creo que la gente tenga interés en instalar programas en sus computadoras, dada la cantidad de cosas que se puede hacer conectado a servidores remotos en Internet. Actualmente la computadora más vendida en EE.UU. es la Chromebook, que apenas tiene capacidad de procesamiento y almacenamiento, pero el usuario guarda toda la información en línea. El software que utiliza para procesamiento de texto, presentaciones y hojas de cálculo es Google Docs, que no es magnífico, pero es suficientemente bueno para el usuario promedio. WordPress, si uno quiere tener un blog. Un navegador web como Firefox, también de código abierto. La mayoría de la gente solo necesita eso, más un servicio de correo electrónico. Gmail está bien. Si es para revisarlo en una máquina propia se puede usar Thunderbird. Si uno quiere editar video hay una herramienta de código abierto que se llama PiTiVi. Para la edición de imágenes GIMP, y hay sitios como Flikr que brindan herramientas de edición online.
Paquete básico de programas libres que según el entrevistado bastan para satisfacer las necesidades diarias del usuario promedio.
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JT: En un punto de su presentación, usted decía no asumir el uso del SLCA como un fanático religioso, y en esa línea confesaba ser usuario de Photoshop. ¿Hay algún programa de código abierto que pueda llegar a ser tan bueno como Photoshop en el futuro?
AW: Bueno, está GIMP, que lleva bastante tiempo de creado. Pero cuando uno compara la inversión que se ha hecho en GIMP como proyecto comunitario, es minúscula. Adobe le ha dedicado 18 años de esfuerzo continuos a Photoshop, a Lightroom y a todas las demás herramientas que lo sustentan. El trabajo que hacen para sacar versiones sucesivas y logar que la gente pague por ellas, los obliga a incorporar nuevas funciones. No solamente es un buen software, sino que evoluciona constantemente. Demandaría un esfuerzo tremendo crear una alternativa libre.
Lo mismo sucede con otros programas especializados. El que yo uso para elaborar mi declaración de impuestos no es libre. Nadie va a programar un software libre que sea capaz de lidiar con la complejidad de la ley tributaria de ningún país.
JT: ¿Conoce algún programa libre al que hayan contribuido desarrolladores cubanos? ¿Ha oído hablar de Nova, por ejemplo?
AW: Sí, sé que existe Nova. Lo usé ayer. El problema con Nova es que es uno de cientos de distribuciones de Linux. Creo que tendría más futuro algo que pueda usarse más ampliamente y sea único. Por ejemplo, hay un sistema argentino de registro electrónico para el sector médico, que se usa muchísimo en código abierto. A Nova tienen que promocionarlo más, para que la gente se entere de que existe y hacer que pueda funcionar esa contribución.
JT: ¿Cree que las ventajas de usar estos programas, como por ejemplo, evitar la fuga de capital a otros países, sean bien conocidas por los gobiernos?
AW: No creo que se conozca tanto como debería. Para los productos propietarios hay agentes de venta cuyo empleo consiste en lograr que varias organizaciones licencien sus productos. En el caso del software libre no hay nadie que venda los programas de esa forma.
Un grupo español que se llama CENATIC ha hecho estudios muy interesantes sobre las políticas gubernamentales hacia el uso de SLCA. Uno de sus hallazgos es que generalmente los países más desarrollados son los que tienen las políticas más favorables, aun cuando cuentan con los recursos para pagar por software propietario. En América Latina yo diría que el liderazgo lo lleva Brasil en este sentido.
Otros ejemplos son el Reino Unido, Nueva Zelanda, Noruega, y más y más gobiernos siguen sumándose. Es una dura realidad para Microsoft, que continúa siendo muy fuerte en África. Esos países, que no son muy ricos, gastan más en software propietario que libre.
JT: ¿El Centro para la Investigación de Código Abierto (COSI) que usted dirige en Carnegie Mellon trabaja en una línea similar?
AW: El centro es en realidad una organización virtual. No tiene edificio. Es un término que se usa en la universidad para denominar a un grupo de actividades investigativas, cuya esencia no es el desarrollo de software propiamente, sino los temas de los que he hablado: la evaluación, adopción y uso de software libre, las políticas, qué impide que la gente lo adopte, etc. Una de las cosas que me gusta hacer notar es que durante mucho tiempo la comunidad de SLCA solo se comunicaba a lo interno; no había contacto con la gente fuera de ese círculo. Y para mí esa es la única forma de expandir la comunidad: poder hablar de software libre en términos económicos, de asistencia técnica, en contraste con el propietario.
JT: ¿Cuándo comenzó esa apertura?
AW: En 2005 cuando comencé a trabajar en Carnegie Mellon estaba muy claro que había una separación entre software libre y propietario, que había muy poca superposición. Y yo era alguien que estaba un poco en el centro. Mi objetivo era simplemente hacer mi trabajo, y para ello necesitaba encontrar el programa que mejor se ajustara a mis necesidades. Mientras podamos llevar ese enfoque a más personas, más podrá crecer la comunidad.
Las compañías que producen software propietario no van a desaparecer. Es posible que cambien un poco su modelo de negocios para competir con los productores y comercializadores de productos libres. Además, las compañías que los usan tampoco van a dejar de hacerlo, porque han invertido en capacitación. Lo que esperamos para el software libre es que la gente lo tome en consideración, a la par del propietario, para tomar una decisión sobre cuál usar.
JT: ¿Cree que el SLCA puede mejorar la vida de la gente?
AW: Sí, directa e indirectamente. Hace muchos años, cuando fundabas una compañía tenías que comprar programas y máquinas. Costaba dinero. Hoy en día, si uno quiere fundar un negocio que va a ayudar a la gente a tener más acceso a la atención médica, ayudar a los ancianos a comunicarse con personal de ayuda en ubicaciones remotas, etc., puede crear esas aplicaciones computacionales con software libre. ¿Y cuánto te cuesta? Nada. Pienso que va a ayudar a los desarrolladores a desarrollarse.
Tomado de Juventud Técnica
Magnífica entrevista. No sabes si saldrá en la edición impresa de la revista? de ser así sería un paso para acercar (la esencia de) el SLCA al menos a los estudiantes de politécnico. No se ahora, pero cuando yo estudiaba repartian esa revista
offtopic: pablo…contactastes por fin al hombre ??? recuerda q su correo es tonyw@acm.org, y su user flickr es twasserman
y no hablo nada del FLISOL ???, a fin de cuentas el tambien asistio…allan creo q debe tener mas materiales respecto a wasserman, y tu pullover claro…
Un artículo muy bueno, da gusto leerlo, es muy refrescante.
The Book of Revelations según Wasserman.
Estuvo muy buena la entrevista . !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!