Tomado de http://www.laflecha.net/
En la actualidad, 23 empresas, incluyendo a Google, Facebook,
Cisco y Verizon, han formado la Open Networking Foundation (ONF),
con la intención de hacer que las redes abiertas y programables
pasen a un primer plano. La fundación tiene por objeto colocar el
software OpenFlow y otros programas similares en cada vez más
hardware, establecer normas que permitan a los diferentes
dispositivos comunicarse, y dejar que los programadores escriban
software para redes como lo harían para ordenadores o teléfonos
inteligentes.
«Creo que esto es una verdadera oportunidad para llevar
Internet a un nuevo nivel donde las aplicaciones se conecten
directamente a la red», señala Paul McNab, vicepresidente del
centro de conmutación de datos y servicios de Cisco.
Las redes de ordenadores no son tan tangibles como los teléfonos
u ordenadores, pero son cruciales: la televisión por cable, el
Wi-Fi, los teléfonos móviles, el alojamiento en Internet, las
búsquedas web, el correo electrónico corporativo, y la banca se
basan en el buen funcionamiento de dichas redes. Las aplicaciones
que se ejecutan en el tipo de redes programables que prevé la ONF
podrían ofrecer vídeo de alta definición mucho mejor, ofrecer un
servicio de telefonía móvil más fiable, reducir el consumo de
energía en los centros de datos, o incluso eliminar virus en
ordenadores de forma remota.
El problema de las redes hoy día, explica Nick
McKeown, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias
informáticas en Stanford que ayudó a desarrollar OpenFlow, es que
los datos fluyen de forma ineficiente a través de ellas. A medida
que los datos viajan a través de una red estándar, su trayectoria
está determinada por los conmutadores por los que pasan, afirma
McKeown. «Es un poco como un sistema de navegación [en un
coche], tratando de averiguar cómo se presenta el mapa al mismo
tiempo que está tratando de encontrar las direcciones»,
explica McKeown.
Con una red programable, afirma, el software puede recopilar
información acerca de la red en su conjunto, por lo que los datos
viajan de manera más eficiente. Una visión más completa de una red,
explica Scott Shenker, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias
informáticas en la Universidad de California, en Berkeley, es el
producto de dos cosas: la primera es el firmware OpenFlow (un
software incorporado en el hardware) que usa los conmutadores y
routers para leer el estado del hardware y dirigir el tráfico, y el
segundo es un sistema operativo de red que cree un mapa de la red y
elija la ruta más eficiente.
OpenFlow y un sistema operativo de red «ofrecen una visión
coherente de la red y lo hacen a la vez para muchas
aplicaciones», afirma McKeown. «Encontrar nuevos caminos
se convierte en algo trivial».
Algunos proyectos de investigación OpenFlow requieren sólo un
par de cientos de líneas de código para cambiar por completo los
patrones de tráfico de datos en una red, con resultados dramáticos.
En un proyecto, afirma McKeown, los investigadores redujeron el
consumo de energía de un centro de datos en un 60 por ciento
simplemente desviando el tráfico de red dentro del centro y
apagando los conmutadores cuando no estaban en uso.
Este tipo de investigación ha llamado la atención de las grandes
empresas, y es una de las razones por las que se formó la ONF.
Google está interesada en la aceleración de las redes que conectan
sus centros de datos. Estos centros de datos generalmente se
comunican a través de rutas especificadas, pero si una ruta falla,
el tráfico tiene que ser desviado, afirma Urs Hoelzle,
vicepresidente senior de operaciones de Google. Usando las
instrucciones de ruta estándar, este proceso puede durar 20
minutos. Si Google tuviera más control sobre cómo fluyen los datos,
podría hacer el desvío en cuestión de segundos, asegura
Hoelzle.
Cisco, una compañía que construye el hardware que dirige muchos
de los datos en Internet, ve a la ONF como una forma de ayudar a
los clientes a construir mejores servicios de Internet. Facebook,
por ejemplo, se basa en el hardware de Cisco para ofrecer
actualizaciones de estado, mensajes, fotos, y videos a cientos de
millones de personas en todo el mundo. «Se puede imaginar el
flujo de datos», afirma McNab.
Las futuras normas de la ONF podrían permitir a la gente
programar una red para obtener diferentes tipos de rendimiento
cuando fuera necesario, asegura McNab. La integración de ese tipo
de funcionalidad en el hardware de Cisco podría hacerlo más
atractivo para aquellos servicios de Internet que necesiten ser
rápidos.
El primer objetivo de la ONF es hacerse cargo de las
especificaciones de OpenFlow, afirma McKeown. Como proyecto de
investigación, OpenFlow ha logrado el éxito en más de una docena de
campus universitarios, pero necesita ser modificado para que pueda
funcionar bien en diferentes empresas. El siguiente paso es el
desarrollo de interfaces de fácil uso que permitan a las personas
desarrollar redes tal y como programarían un ordenador o teléfono
inteligente. «Este es un paso muy grande para la ONF»,
afirma, porque podría aumentar la adopción de normas y acelerar la
innovación para las aplicaciones de red. Afirma que el proceso
podría tomar dos años.
Mientras tanto, empresas como Google, Cisco y otras pondrán a
prueba protocolos de red abiertos en sus redes internas-en esencia,
estarán probando un tipo de Internet completamente nuevo.