Por: Delio G. Orozco González.
Historiador.
Manzanillo, Cuba.
En el recién terminado «III Taller de Tecnologías Soberanas» (10 al 12 de diciembre del 2009), celebrado en las ciudades de Manzanillo y Bayamo, en la sesión última celebrada en la Numancia Cubana, surgió una breve pero intensa discusión sobre el software libre y su esencia. La decisión del chofer de no bajar la música en el ómnibus nos pareció una licencia EULA e impidió que siguiéramos discutiendo y haciendo catarsis -por qué no-, sobre un tema que aún levanta las más enconadas polémicas; pero dígase con honradez y sin medias tintas: la defensa, a veces fundamentalista que se hace de la afirmación de que el software libre no tiene que ser necesariamente gratis, pasa, ante todo, por la defensa de intereses económicos o financieros de quienes producen el software y ello colisiona con el espíritu y la filosofía del software libre. Sobre este punto en particular se basa la siguiente meditación.
Fue la Free Software Foundation, con Richard Matthew Stallman a la cabeza, la que creó la definición de Software Libre. Según esta organización, para que un software sea libre, no gratuito, debe cumplir cuatro requisitos o libertades esenciales, si alguna de ellas no está presente en el producto, este podrá ser cualquier otra cosa; pero, definitivamente no será software libre; ¿por qué? sencillamente porque no cumple con todos los requisitos que establece la definición; en tanto, para ser software libre una aplicación informática debe respetar, acatar o garantizar dichas libertades, la ausencia de al menos uno de estos requisitos o libertades hace que el programa deje de ser software libre; parece esta demostración un sofisma, pero así es.
De manera sui-géneris las libertades comienzan a numerarse desde 0 y son las que a la letra se leen:
0.-La libertad de usar el programa, con cualquier propósito.
1.-La libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a tus necesidades.
2.-La libertad de distribuir copias del programa, con lo cual puedes ayudar a tu prójimo.
3.-La libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie.
Resaltada en rojo la libertad que nos interesa para la presente exégesis. Por ejemplo, si me compras el software A por un precio X y la licencia garantiza las cuatro libertades antes relacionadas, entonces el software que te vendo es libre y no es gratuito (freeware); pero estoy seguro que será la única copia que venderé del mismo, porque como tienes la «libertad de distribuir copias del programa, con lo cual puedes ayudar a tu prójimo», la distribuirás como mejor te plazca entre amigos, conocidos, compañeros, familiares, etc; y nadie será tan tonto de pagar algo si puede obtenerlo gratis.
Ahora bien, si vendo el mismo software, eliminando de la licencia la libertad de distribuir copias para garantizar su venta, entonces el programa deja de ser «libre» porque no cumple con las cuatro libertades, falta una de ellas, y un software es libre sí, y solo sí, cumple con las cuatro libertades. Por otro lado, si mantengo y cumplo cabalmente con la otras libertades, el programa pasa a ser entonces de fuente o código abierto (Open Source); pero llegará el momento en que programadores hábiles e inteligentes como tú compilarán el código, harán alguna que otra modificación y darán a la comunidad una aplicación tan «buena» o mejor que mi software A; por eso, para mantener sus beneficios e ingresos, las empresas y programadores cuyo negocio o modo de vida es la venta de software, no pueden darte la libertad de distribuir copias ni brindarte el código fuente de sus programas, sería sencillamente suicidio económico.
Los razonamientos anteriores demuestran que el software libre debe ser, por elemental sentido común, gratis, lo que no impide ni excluye que con él se obtengan beneficios económicos, verbi gratia, cuando se brinda soporte técnico, asesoría o se solicitan modificaciones y ajustes para un fin específico.
Finalmente, como casi todo en este mundo pasa por el condicionamiento económico, entiéndase financiero, los productores de software libre se ven en la necesidad de solicitar donaciones para mantener y desarrollar sus productos, a no ser que tengan detrás alguien que, como el «boss» de Canonical, tiene el numerario suficiente como para sostener una de las distros más populares hoy en día. Excluir de una distro o software una de las libertades que lo hacen libre para garantizar su sostenimiento y evitar la desaparición no es pecado, pero ha dejado de ser, sin dubitación alguna, software libre.
Bibiliografía mínima.
1.-«GNU General Public License». En: Wikipedia [Consultado el 13 de diciembre del 2009].
2.-«Software libre». En: Wikipedia [Consultado el 13 de diciembre del 2009].
3.-«Portal:Software libre». En: Wikipedia [Consultado el 13 de diciembre del 2009].