Realmente es simpático como corren muchos detrás de la última versión de un software privado/gratis. No importa que sólo lleven menos de un año utilizando un lenguaje de programación o un gestor de bases de datos. Tampoco que continúen dibujando planos con el mismo grado de dificultad de hace 5 años o más, cuando lo hacían con el software privado/gratis Autocad 2000 o alguna versión posterior o anterior.
No podemos negar el desarrollo. No señor. No importa a que precio o costo se realice.
Lo verdaderamente importante es que trabajemos en una máquina último modelo con el software de la última versión. Así estamos en onda y podemos demostrarle a nuestros amigos que somos unos entendidos en la materia de enviar un correo, visitar una página web, retocar una foto, redactar un documento o crear una hoja de cálculo, con el software más avanzado.
Sea Windows 7, Office 2009, Autocad 2009, PhotoShop última versión, Internet Explorer última versión, Windows 2008 Server, etc.
No importa que la máquina que tenemos sea un Pentium 4 con un procesador a 3 Ghz con 1024 de memoria Ram. Que la dirección de la empresa me modernice o cambie mi computadora para poder utilizar el bendito software de la última versión, porque soy un especialista de primer nivel y no puedo quedarme atrás… no señor, jamás! Que los informáticos sean magos y conviertan el software privado que necesito en software libre para así poderlo utilizar. Para eso se les paga. No faltara más!
No importa que le estemos haciendo el juego a las transnacionales del software que viven de crear nuevas versiones de sus productos y crearnos necesidades que no tenemos.
No importa que esas compañías estén ya muy preocupadas por el éxito del Software GNU/Linux y del Software Verdaderamente Libre. Seguiremos fieles al software privado/gratis.
Al final, no pagamos el software de Micro$oft. Para nosotros es gratis. Libre como el viento.
Pero…
¿quién busca, craquea e instala el software de la última versión?
¿quién es el responsable de la migración hacia la última versión?
¿quién paga los platos rotos por paradas en la producción durante la migración?
Y lo más importante…
¿quien paga el hardware para la última versión?
Federico Antonio Valdés Toujague
federico@dch.ch.gov.cu